Boletín Nº 230
17-06-2013
La pesadilla de una azafata de Ryanair llega al Parlamento Británico
-Estaba muy ilusionada en formar parte del personal de cabina de Ryanair, pero pronto todo se convirtió en una pesadilla. Cuando me dijeron que tenía que trabajar varios días sin cobrar no podía creérmelo-, relataba al diario The Independent la británica Sophie Growcoot.
Del entusiasmo a la indignación apenas mediaron las primeras horas en la compañía aérea. El escándalo provocado tras hacerse públicas sus condiciones laborales fue tal, que el asunto llegó al Parlamento de la mano de la diputada Luciana Berger.
La representante política acusó a Ryanair de “explotar a su personal laboral” y relató algunas de las condiciones en las que tuvo que trabajar Growcoot. En primer lugar, se le obligó a renunciar a tres meses de trabajo al año, durante los cuales no se le permitió buscar un empleo temporal ni recibió ningún salario de la compañía. Durante parte de este tiempo, tuvo que acudir a un curso obligatorio sobre seguridad laboral que ella misma tuvo que pagar, el coste de matriculación fue de unos 2.000 euros.
Su uniforme azul de la compañía low cost también tuvo que ser costeado por la empleada: 426 euros. Aunque lo que más indignó a esta azafata de vuelo fue que no cobraba los días de guardia –uno a la semana- ni las horas de trabajo en el aeropuerto. Solo se le pagaban las horas se vuelo. Si el vuelo sufría retrasos, tampoco se le computaba ese tiempo como horas trabajadas. Una “auténtica tomadura de pelo para mí y mis compañeros”, lamentaba la exempleada de Ryanair.
La precariedad, clave del éxito empresarial
Los portavoces de la compañía aérea que preside el excéntrico multimillonario Michael O'Leary calificaron las acusaciones como “falsas”, aunque sin ofrecer pruebas que respaldasen su versión de los hechos. Finalmente, intentaron dar carpetazo a la polémica asegurando que se trataba de una trabajadora subcontratada a otra empresa, por lo que no eran responsables de sus condiciones laborales. Crewlink fue la compañía que subcontrató a Growcoot y, como se puede comprobar en su propia página web, se trata de una filial de Ryanair.
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