Boletín Nº 227

“La nueva Ley de Costas, aprobada el jueves en el Congreso, ha sido una acertada iniciativa del ministerio que dirige Miguel Arias Cañete. El marco legal que ahora se abre es muy equilibrado porque, por un lado, protege el valioso litoral nacional, pero también ofrece seguridad jurídica a las decenas de miles de personas y empresas que tienen propiedades a orillas del mar. Y todo ello conciliando la sostenibilidad medioambiental con la protección de la actividad turística.

En este sentido, hay que subrayar las ventajas que esta reforma va a tener para los hoteles y restaurantes que operan en la ribera del mar y que ya veían el fantasma de la demolición. Se salvarán más de 100.000 puestos de trabajo, 80.000 en establecimientos hoteleros que se encuentran a pié de playa y otros 50.000 en los populares chiringuitos.

La anterior Ley de Costas databa de 1988 y estaba impregnada de un exceso de intervencionismo y de planteamientos que chocaban con la realidad. La nueva norma da respuesta de hecho a las quejas presentadas por el Parlamento Europeo en nombre de 20.000 extranjeros que compraron casas en las playas españolas sin saber que, pasado el tiempo, podrían convertirse en ilegales.

No se trata, como quieren ver los movimientos ecologistas, de una amnistía general ni de legalizar lo ilegal .No se deben salvar las viviendas que por sentencia judicial firme tengan que ser derribadas. Y los negocios tendrán que cumplir las exigencias medioambientales para seguir funcionando. El primer objetivo ha sido la protección de la costa, diferenciando entre tramos urbanos y naturales y preservando las playas vírgenes”.

JAFC

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