Boletín Nº 188
27-08-2012
En los últimos 30 años el espacio entre los asientos de los aviones se ha reducido para dar cabida a más pasajeros en la clase turista
Las compañías de bajo coste buscan estrechar espacios para colocar a más viajeros El asiento para ir casi de pié ya está en su punto de mira según el reciente estudio del buscador de vuelos Skyscanner. La distancia entre las filas se ha reducido como media cerca de ocho centímetros dejando para el recuerdo el tiempo en que se podía cruzar las piernas o fumar en los vuelos.
Ahora, con un espacio cada vez más menguante, cualquiera sabe lo que es tener las rodillas incrustadas en el respaldo de delante y verse obligado a acordar con el vecino los turnos para usar el reposabrazos. Actualmente, en clase turista la distancia entre asientos oscila entre los 83,82 centímetros que ofrece entre otras la portuguesa TAP Air, o los rácanos 71,12 de Thomson Air del Reino Unido. Al final de los años 90 se descubrió que quienes realizaban viajes largos estaban expuestos a un riesgo mayor de sufrir trombosis relacionada con las condiciones de estrechez e inmovilidad en los vuelos conocido como el síndrome de la clase turista.
La opción de viajar de pie es una de las propuestas imaginativas del polémico O´Learly, consejero delegado de la irlandesa Ryanair quien ya por puro afán de provocar amenazó con cobrar por utilizar el servicio en vuelo, cobrar un extra a los viajeros con sobrepeso o prescindir de los copilotos. Comparte la idea de la posibilidad de volar de pie, la china Spring Airlines, algo que también estudio el fabricante de Airbus aunque sin llegar a desarrollar el proyecto.
De momento, la empresa italiana Aviointeriors, especializada en diseñar mobiliario para las aeronaves, ha creado el Skyrider, un asiento que logra reducir el espacio por pasajero hasta los 58,42 centímetros con una postura del pasajero casi vertical. Por ahora, afortunadamente, el modelo no ha sido homologado.
JAFC
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