Boletín Nº 159
06-02-2012
La nueva Spanair, que surgió en 2008, pide concurso de acreedores al cerrar sus operaciones y deja en la calle a sus 2.065 empleados
La Generalitat se lava las manos y niega responsabilidades en la compañía. Los escasos activos de la compañía hacen imposible que los acreedores cobren. La aerolínea suma un pasivo de 474 millones y afrontará costosas multas e indemnizaciones. Los trabajadores amenazan con demandar a la compañía y a la Generalitat de Cataluña -ante la falta de transparencia- del proceso.
Trabajadores de Spanair manifestándose
en Barcelona
La aerolínea Spanair presentó en los juzgados de Barcelona el concurso voluntario de acreedores, con un pasivo que asciende, a 474 millones de euros. El proceso se prevé similar al cese de operaciones que el pasado viernes dejo en tierra a miles de pasajeros.
Según fuentes conocedoras, los activos de la compañía apenas cubrirían 100 millones de esta cantidad.
El presidente de la compañía, Ferrán Soriano, subrayó en la emisora de RACI: “tenemos que ser muy diligentes y hacerlo todo muy rápido”, todo después de reconocer que había trabajado durante todo el fin de semana junto con el despacho de abogados para acelerar los tramites.
Spanair va a iniciar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para la totalidad de la plantilla. En concreto, se irán a la calle 2.065 empleados.
La deuda acumulada de Spanair corresponde en un 54,8% a los accionistas (260 millones de euros), mientras que el 45,14% (214 millones) pertenece a terceros. Solo SAS, la compañía escandinava que hasta el 2009 había sido socio mayoritario y que ahora retiene, el 10,9%, se le adeudan 165 millones de euros.
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